HIERBA CIPRÉS - PALO DE MUERTO

Las personas utilizamos plantas desde los albores de la humanidad. De maneras varias y para diversos propósitos.
En este caso, os presentamos al Ciprés- Palo de Muerto . Es una especie arbórea de hoja perenne de la familia de las Cupresáceas. Tiene gran longevidad, existiendo ejemplares con más de 1000 años. Puede alcanzar los 20 m de altura. Su porte es piramidal, de crecimiento rápido en los primeros años de vida, ralentizándose después y pudiendo alcanzar los 300 años de vida. Poseen un tronco recto y de corteza delgada. Hojas muy pequeñas (2-6 mm de longitud) con forma de escama, alineadas en parejas opuestas y decusadas. La semilla se encuentra en los conos.
Es original de regiones del este del Mediterráneo, habiendo también en el norte de Libia, sur de Grecia, sur de Turquia, Chipre, oeste de Siria, Líbano, oeste de Jordania y ciertas zonas de Irán.
Se utiliza en rituales o trabajos espirituales para peticiones en rituales cuya función principal sean tanto ofrendas a Eleggua, como poder tener el control de las sendas que se muestran ante nosotros. Sirve como protector de los Negocios. Incluso es muy efectivo para curar los corazones rotos por una separación, por una muerte o el final de una relación.
Está asociado a Plutón, dios romano de los infiernos o Hades, dios griego de los fallecidos, adornando su frente. También debieron consagrarlo a Esculapio, dios de la medicina. al mismo tiempo, también atributo de muchas divinidades femeninas (Cibeles, Perséfone, Afrodita, Artemis, Envinome, Hera, Atenea). En el zoroastrismo estaba consagrado a Ormuz. En la Religión Yoruba, al Orisha Elegguá.
Considerado como un árbol sagrado por variados pueblos, tanto por su longevidad, como por su verdor imperecedero. Se le llama también se llama "el árbol de la vida", aunque ha sido malinterpretado, puesto que evoca la inmortalidad y la resurrección, pero se le ha dado una connotación negativa.
Su madera ha sido sagrada desde la Antigüedad, ya que con ella se construyó el arca de Noé y parte del templo de Salomón. Era adorado en el reino de Saba. Las puertas de los templos griegos y romanos se hacían de ciprés, como están hechas las de San Pedro en el Vaticano.
Entre pueblos como griegos y romanos, está relacionado con las divinidades del infierno, y se le considera el árbol de las regiones subterráneas. Las hijas del rey Eteocles (mitología Griega) de Orcomenos fueron convertidas en cipreses. Para los griegos, fue símbolo de la Iniciación o la superación de la materia. Planta de Saturno, los griegos lo pusieron bajo la advocación de Hércules celeste puesto que simbolizaba la resurrección en los misterios órficos. Los héroes muertos en Grecia eran enterrados en ataúdes confeccionados con ciprés y que también eran realizadas las estatuas de los dioses para que no fueran objeto de descomposición. Las puertas del templo de Diana de Éfeso estaban hechas de madera de ciprés. Los antiguos romanos plantaban un ciprés cuando les nacía una hija porque ellos interpretaban su forma como un símbolo fálico, de modo que así pedían un esposo para la niña (de hecho, en su mitología, las flechas de Cupido estaban hechas de madera de ciprés).
Dice la Leyenda que en la isla de Quíos, había un enorme ciervo consagrado a las Ninfas, sus abundantes cuernos estaban cubiertos de oro y su cuello adornado con un collar de piedras preciosas. El animal era muy querido por el bello joven Cipariso que lo amaba más que a nada. Un mediodía de verano el ciervo se tumbó a la sombra fresca de los árboles. Cipariso salió de caza y, sin reconocer a su amado ciervo, atravesó al animal con una jabalina. Cuando lo vio moribundo por causa de su lanza, tomó la resolución de morir voluntariamente. Apolo le dijo infinidad de frases consoladoras. Pero él siguió gimiendo y pidió a los dioses guardar luto por todos los tiempos. Cuando ya había derramado toda la sangre en sus interminables llantos, sus miembros empezaron a volverse de color verde, los cabellos a convertirse en una erizada maraña y, después de adquirir una complexión rígida, comenzó a contemplar con una delgada copa el estrellado cielo. Apolo al verlo, le dijo apesadumbrado “Yo te guardaré luto a ti, y tú acompañarás a los que están en duelo”, estando así presente en los rituales de los muertos.
En Europa, es un símbolo de duelo.
En la China antigua, se decía que la llama obtenida por la combustión de las semillas, permitía la detección del jade y del oro, substancias yang y símbolos de inmortalidad.
En el Japón, una de las maderas más usadas en los ritos del shinto es una variedad del ciprés, el hinoki, usado tanto en la fabricación de diversos instrumentos, como el shaku (cetro) de los sacerdotes, construcción de templos; incluso el encendido del fuego ritual se realiza por frotamiento de dos trozos de hinoki. Dice Confuncio, que lo plantaban al lado de los altares de la Tierra.
En la simbología del cristianismo, significa también la angustia, la inmortalidad o la mansedumbre.
En heráldica, simboliza elevados y nobles sentimientos, como la idea de incorruptibilidad.
Es símbolo de la generación, de la muerte y del alma. Pero, como árbol perenne, siempre verde, perfumado, de madera incorruptible como la del cedro, ha tomado una significación funeraria. Por ello se encuentra, generalmente, en los cementerios.
Los musulmanes lo plantaban en los cementerios porque su forma recuerda la de un dedo erguido reclamando silencio y meditación.
Decíase que unas ramitas de ciprés puestas debajo de las semillas preservaban a éstas de los elementos dañinos. El árbol de las hojas siempre verdes y de larga vida con su duradera madera era también símbolo de longevidad.
Una baya de ciprés en el bolsillo derecho del pantalón, servía como amuleto contra el dolor de muelas.
La tradición nos dice que procura consuelo a los corazones desgarrados por una separación, ya sea por una muerte o por el final de una relación, emocional o amorosa.
En una baya de ciprés en la que grabemos el nombre de nuestro animal de compañía y guardemos junto a nuestros efectos personales, le protege de perderse o de ser robado y, aun en este caso, el animal regresará a la casa.
Te recomendamos que hagas baños con ciprés, para purificar, de esta manera: Hierbe y, cuando cambie el color de la mezcla, deja reposar y cuando se enfríe, cuela en un jarro de cristal (sirven esos que tienen tapa, sin problema). La mezcla que hemos hecho, nos servirá para tres baños seguidos. Uno por noche.
Ducha:
En una zafa/palangana, pones 1/3 de la mezcla, añades agua templada, y te lo echas de CUELLO para ABAJO. No te seques, te espolsas, te pones un pijama y a la cama.
Bañera:
Llenas la bañera, pones 1/3 de la mezcla de la botella, te metes dentro durante 7 min. Sales, No te seques, te espolsas, te pones un pijama y a la cama
Precaución:
*Si eres mujer, no se puede hacer, si se tiene la menstruación.
*No beber alcoholes después del baño.
*No tomar sustancias después del baño.
*No mantener relaciones sexuales después del baño.
*Si eres mujer, no se puede hacer, si se tiene la menstruación.
También puedes realizar sahumerios para purificar y abrirnos caminos antes de realizar cualquier ritual.

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